lunes, 14 de noviembre de 2011

“LOS TIPOS DUROS NO BAILAN”, de Norman Mailer


      “Cada pelo es precioso e individual, y tiene una función definida en el conjunto: rubio hasta resultar invisible donde muslo y vientre se unen, oscuro hasta hacerse opaco donde los tiernos labios piden protección, robusto y vigoroso como las barbas de un guardabosques bajo la curva de la barriga, oscuro y ralo como las patillas de un Maquiavelo donde el perineo se repliega en busca del ano. Mi coño se transforma según la hora del día y la malla de mis bragas. Y tiene sus satélites: esa caprichosa línea de vello que asciende hasta mi ombligo, y la que se introduce en mi ano, la suave pelambrera que tapiza el interior de mis muslos, la brillante pelusa que adorna la hendidura de mi trasero. Ámbar, ébano, pardo, rojizo, laurel, castaño, canela, avellana, gamuza, tabaco, alheña, bronce, platino, melocotón, ceniza, fuego y gris ratón: éstos son algunos de los colores de mi coño.”




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