lunes, 14 de noviembre de 2011

“LAS CENIZAS DE ÁNGELA”, de Frank McCourt

(I)

     “- Tenéis que estudiar y aprender para poder llegar a vuestras propias conclusiones sobre la Historia y sobre todo lo demás, pero no podéis llegar a conclusiones si tenéis la mente vacía. Amueblaos la mente, amueblaos la mente. Es vuestro tesoro, y nadie en el mundo puede entrometerse en ella. Si os tocase la lotería y os compraseis una casa que necesitase muebles, ¿la llenaríais de trastos viejos de la basura? Vuestra mente es vuestra casa, y si la llenáis de basura de los cines se os pudrirá la cabeza. Podéis ser pobres, podéis tener rotos los zapatos, pero vuestra mente es un palacio.”


(II)

    “…nos dice que tenemos que poner cuidado de sacar la lengua lo suficiente para que la hostia consagrada no caiga al suelo. Es lo peor que le puede pasar a un sacerdote, dice. Si la hostia se te cae de la lengua, el pobre sacerdote tiene que ponerse de rodillas, recogerla con la lengua y lamer todo el suelo por si ha ido botando de un sitio a otro. Al sacerdote se le puede clavar una astilla que le deje la lengua hinchada como un nabo, y eso es suficiente para ahogar a una persona y para matarla del todo.”



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